domingo, 8 de julio de 2012

Scamper: Ésta práctica consiste en la elaboración de un cuento al revés. Este trabajo lo hemos realizado en grupo cuyos componentes somos:

Mª Jesús Pozo
Mª Ángeles Morente
Inmaculada García
Rocío Ronquillo

El tema que hemos elegido es el de los 3 cerditos, que en éste caso son las 3 cerditas.




                                     LAS TRES CERDITAS Y EL LOBO




Había una vez tres cerditas que eran amigas, y se fueron por el mundo a buscar fortuna. A las tres cerditas les gustaba las chuches, los dulces y el chocolate. A la más pequeña les gustaba las gominolas, a la mediana el chocolate, y a la mayor le encantaba todo tipo de turrones.


La mayor de las cerditas les dijo a sus amigas que sería buena idea que cada una tuviera su propia casa y ser cerditas independientes.


A las otras dos les pareció una buena idea, y se pusieran manos a la obra, cada una construyendo su casita.




- La mía será de gominolas - dijo la pequeña-, porque estará repleta de nubes, moras, fresitas y más chuches. Y así mi casita siempre olerá a gominolas. Terminaré muy pronto y podré quedar con mis amigos.




La amiga mediana decidió que su casa sería de chocolate:
- Puedo encontrar un montón de chocolate en la fábrica de mi amigo charly, - explicó a sus amigas, - Construiré mi casa con chocolate negro y el tejado será de lacasitos de colores y así en un santiamén acabaré y podré ir a las rebajas.




La mayor decidió construir su casa con turrón duro.
- Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte y resistente, y dentro estaré a salvo del lobo.


Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, las cerditas cantaban y bailaban en la puerta, felices por haber acabado sus casitas. De detrás de un matorral grande surgió el lobo, rugiendo de hambre y gritando:
- Cerditas, ¡os voy a comer!
Cada una se escondió en su casa, pensando que estaban a salvo, pero el Lobo Feroz se encaminó a la casita de gominolas de la amiga pequeña y en la puerta aulló:
- ¡comeré  y comeré y sin casita te dejaré!
Y comió con todas sus fuerzas: comió y comió y la casita de gominolas se zampó. La cerdita  pequeña corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de chocolate de la amiga mediana.
De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse engañado, se colocó delante de la puerta y comenzó a comer y comer gruñendo:
- ¡Comeré y comeré y sin casita te dejaré!
el chocolate se derritió, y las paredes cayeron y las dos cerditas corrieron a refugiarse en la casa de turrón duro de la amiga mayor. El lobo estaba realmente enfadado, y ahora deseaba atrapar a las Tres Cerditas más que nunca, y frente a la puerta bramó:
- ¡Comeré y Comeré y la casita os tiraré! Y se puso a comer tan fuerte que de repente se le empezaron a caer todos los dientes, pero aún así el insistía en seguir comiendo.


Comió y comió, pero la casita de turrón era muy resistente y no consiguió su propósito.


El lobo feroz se quedó sin dientes y jamás se atrevió a perseguir a las cerditas


Las cerditas no le volvieron a ver. La mayor de ellas regañó a las otras dos por haber sido tan flojillas  y poner en peligro sus propias vidas y casitas.




Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

viernes, 6 de julio de 2012

Práctica: Bebeteca y biblioteca de aula

Los libros de la Bebeteca comprende edades de 0-5 años y están adaptados para que los niños de esta edad puedan aprender colores, primeros números, tactos etc.
En cuanto a la biblioteca de aula avanzamos un poco más donde encontramos historias interesantes para estas edades como son de 6- 8 años donde ya estan aprendiendo a leer por ellos mismos.



Métodos de lectoescritura:

El método de lectoescritura que he escogido es el de Flopi. Me ha gustado porque sigue una metodología sintética ya que parte de la unidad más pequeña a la más compleja. En éste caso se aprende primero las vocales, para introducir poco a poco las diferentes consonantes.
Unas de las prácticas que hemos realizado en clase son la descripción de objetos que a continuación expongo:


1. En la primera imagen, hay una pared blanca donde se puede apreciar una ventana en la parte derecha de la misma. Es una ventana azul, que está un poco deteriorada y vieja. En ella se puede observar rejas, donde en la parte derecha encontramos que está entreabierta y una de las rejas están cerradas.
En la que está entreabierta podemos observar una leve sombra debajo. Tiene dos bisagras en ambas puertas. La ventana tiene forma rectangular. Está rodeada por el marco.


2. En ésta imagen podemos observar a una niña rubia, con el pelo corto y flequillo. Tiene los ojos achinados y la boca abierta. Lleva un vestido blanco y está sentada en un poyete al lado izquierdo de una ventana. Va descalza y sus manos las tiene apoyadas en sus piernas. Está mirando hacia la izquierda. Su edad oscila entre los 2-3 años. La ventana es blanca con un gran marco que la cubre. En dicha ventana vemos un reflejo de la niña.
A través de la ventana, se puede observar una calle con distintos tipos de árboles, setos y flores, coches aparcados, contenedores de basura y algunas farolas. El cielo está gris
3. Éste objeto es una carpeta de plástico. En la parte delantera contiene un dibujo, y en  la trasera podemos observar que es transparente.
En la parte delantera se observa un dibujo en el cual aparece un cohete rojo y cuadraditos blancos. Más abajo aparece una parte de la luna de color marrón claro. Podemos observar humo blanco que ocupa la mitad del dibujo, y es el humo del cohete que sale de la parte trasera de éste. En la mitad superior del dibujo se observa un cielo oscuro y estrellado donde unas estrellas brillan más que otras.
Me siento libre

Había una vez dos niños gemelos llamados Juan y Pepe. A ellos les gustaba mucho salir al parque para poder jugar, hablar con más amigos y sobre todo, cazar bichos.


Un día cazaron moscas, otro día recogieron hormigas, y así casa día podían reunir una colección de bichos para enseñárselo a sus compañeros.


La mamá de Juan y Pepe siempre les estaba regañando porque no consideraba correcto coger seres vivos, ya que luego podrían morir.


Una tarde soleada, Juan y Pepe salieron con sus padres al campo. Los niños estaban muy contentos porque  podían cazar una gran variedad de bichos para su colección.


Juan encontró un pájaro herido y decidieron llevárselo a su casa  para cuidarlo.


Cuando se curó, decidieron quedárselo la mamá de Juan dijo:


-          No podéis quedaros el pájaro, ya que si lo  metéis en una jaula se pondrá triste y morirá.


-          No pasa nada, mamá. Nosotros lo cuidaremos  bien


Al día siguiente, Pepe fue castigado por no comerse toda la comida, por tanto no acudió al cumpleaños de su amigo Víctor, al  que tanto quería.


Miraba por la ventana cómo sus amigos acudían y él no. Se sentía como un pájaro enjaulado.


Se dio cuenta de que se sentía como su pajarito y decidió soltarlo.


Se acercó a su madre y le dijo:


-          Mamá, ya sé cómo se siente un pajarito enjaulado. No volveré a hacerlo más. Hay que sentirse libre.




Colorín colorado este cuento se ha acabado.


                    Fin
Cuento Maravilloso:
“El príncipe despistado”


Érase una vez un príncipe llamado Eric al que le gustaba pasear por el bosque. Le gustaba tanto tanto, que el día que no paseaba por dicho bosque se sentía triste.


Un día, mientras paseaba, se perdió ya que caminó por largas horas sin darse cuenta, sintió que tenía frío, y el camino estaba oscuro, así que no tuvo más remedio que descansar debajo de un árbol. Se quedó dormido en un abrir y cerrar de ojos.


Al día siguiente, Eric se despertó y tenía delante de él una ardilla que lo miraba a los ojos.


-          ¡Hola, muchacho! Dijo la ardilla


-          Pero… ¡Desde cuándo existen las ardillas que hablan?


-          Desde siempre joven. Aquí todas las ardillas hablamos ¿ Te has perdido? Preguntó la ardilla


-          Sí, porque se hizo de noche y ahora no sé volver a casa.


-          No te preocupes, joven ¡Yo te ayudaré!


Tanto la ardilla como el príncipe anduvieron hasta llegar a un río cristalino. Allí se acercaron para beber agua.


-          Sigo sin saber dónde estamos. Dijo el príncipe


-          No te preocupes, tenemos todo el día para encontrar tu casa.


De repente, un grito los asustó.


-          ¡Socorro!¡ socorro!


Cuando Eric se dio la vuelta, una jovencita chocó contra él.


-          Perdona, no te había visto, exclamó la joven.


-          No te preocupes. Oye, ¿por qué corres?


-          Es que me persiguen los Rabits


-          ¿Y quiénes son los Rabits? Preguntó extrañado el príncipe.


-          Pues son  unos monstruos que le sirven a un malvado caballero.


-          ¿y por qué te persiguen?


-          Porque me he escapado. Me secuestraron cuento tenía 10 años y mis padres siempre me han estado buscando.


-          ¿ Tú eres la princesa Lira? Siempre había oído que una princesa  fue secuestrada por un monstruo, pero creí que todo era una leyenda.


-          Es verdad, yo soy esa princesa.


-          Pero… no hay tiempo que perder, es hora de irme para que no me atrapen, gritó la princesa.


-          Vamos contigo.


Así pues el príncipe, la princesa y la ardilla corrieron hasta llegar a una cabaña. Allí pasaron la noche.


-          Oye, yo también soy un príncipe, el príncipe Eric. ¿Nunca has escuchado nada?


-          No, contestó la princesa, pero es que llevo mucho tiempo encerrada, no conozco nada de nadie.


 Tanto Eric como Lira, se pasaron toda la noche contándose anécdotas y conociéndose poco a poco hasta caer rendidos.


Al día siguiente los rabits aparecieron por allí para llevarse a la princesa.


-          ¡Eric, socorro!


Cuando Eric despertó vio como se llevaban a la princesa.


-          ¿Y ahora qué hacemos?


-          Debemos ir al castillo malvado, seguro que está allí. Voy a olfatear


Iniciaron el camino, hasta llegar al castillo. Entraron y… ¡ Allí estaba Lira rodeada de rabits y por el caballero malvado!


-          Suéltala, gritó Eric


-          Tendrás que luchar conmigo.


-          Eso está hecho


El príncipe se llenó de valor y con su espada mágica consiguió derrotar al caballero malvado.


Pero Lira cayó desmayada.


-          ¡Lira, Lira!


Eric también cayó al suelo


Al momento abrió los ojos y…


-          ¿Dónde estoy?


-          ¡ Pero si estoy en el bosque! Debajo del árbol donde me quedé dormido.


Eric había tenido un sueño, y todo lo que había pasado no había existido.


Empezó a caminar hasta llegar a casa.


Su madre, preocupada, le pregunto:


-          Eric, pero dónde te habías metido.


-          Me despisté, madre. No volverá a ocurrir.


-          Pues arréglate porque ya están aquí el rey Carlos y la reina María con su hija Lira.


-          No puede ser ¡Pero si es Lira! ¡La princesa de mis sueños!


El príncipe pensó:


-          Será el  principio de una bonita amistad


Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Una práctica que hemos realizado en casa es la creación de un cuento eligiendo el tema que más nos interesara.

Cuento: La pequeña Lucía


Érase una vez, una familia muy unida que vivía en una ciudad andaluza muy bonita llamada Granada. Jaime y María eran los padres de Lucía, una niña de seis años , la cual era muy buena y muy lista, pero a la vez muy inquieta, ya que le gusta ser curiosa con todo lo que le rodea, aunque ella se siente segura porque siempre está acompañada por Ma guiee, una perra de color negra y ojos marrones que formaba parte de  esta familia. Siempre acompañaba a Lucía a todas partes, ya que sentía que tenía la responsabilidad de cuidarla.

Llegaron las vacaciones y como todos los años, decidieron irse al apartamento de la playa. Una vez  instalados, bajaron a la piscina para poder darse un chapuzón. Lucía tenía muchas ganas de aprender a nadar. Con la ayuda de sus padres, ella movía sus brazos y piernas para poder conseguirlo.

-          Ya llevamos mucho rato, Lucía; esta tarde volvemos a bajar y lo seguimos intentando, dijo María

-          ¿Ya? ¡Qué pronto, mamá! ¡así nunca voy a saber nadar! ¡Entonces sigo yo sola! gritó Lucía

-          Nadar siempre se aprende poco a poco y con la ayuda de los adultos, porque si lo haces tú sola te puede pasar algo malo, incluso ahogarte. Jamás te metas en el agua si papá o yo no estamos delante, ¿me has entendido?

-          Sí, mamá respondió Lucía con voz apagada

 Una vez que almorzaron, dedicaron un rato a descansar. Lucía aprovechó la oportunidad de salir sin que sus padres se dieran cuenta y bajó hasta la piscina.

-          Voy a demostrarles a mis papás que aprendo a nadar rápido.

Lucía se quitó el vestido y se acercó al borde de la piscina para tocar el agua. Se agachó, y a la hora de incorporarse perdió el equilibrio y cayó al agua. ¡ Plafff !

-          ¡ Socorro! ¡socorro! ¡ que alguien me ayude !

De repente apareció por la puerta su perrita Maguiee y de un gran salto se tiró al agua.

¡Iba a rescatarla! Lucía se agarró a ella y la llevó hasta la escalera. Jaime y María bajaron corriendo las escaleras al oir los gritos de su hija.

¡Te dije que no te acercaras a la piscina! Gritó María muy asustada.

-          Lo siento, mamá, he comprendido que siempre hay que hacerle caso a los adultos, y que a veces las cosas se aprenden poco a poco.

Lucía se dio cuenta de que lo había hecho mal, y pidió perdón a sus papás, y dio las gracias a su gran perrita Maguiee, ya que gracias a ella no corrió peligro.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.